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Foto del escritorMafer Huante

EJERCICIO Y FIBROMIALGIA

¡Por fin pude hace hacer ejercicio!

Este era uno de los objetivos que tenía para este año (sí, desde los propósitos de año nuevo). Y la verdad es que, para una persona "normal" y sana, este propósito es uno de los más fáciles de cumplir, pues lo único que se necesita es INTENCIÓN. Y es justo ahí en donde personas, como tú y como yo, tenemos dificultad para poder animarnos a hacer ejercicio; de hecho, creo que intención es lo que nos sobra, y lo que nos hace falta es poder tener la CAPACIDAD para hacerlo.

Yo de verdad estuve meses y meses diciendo: "ahora sí, este lunes comienzo a hacer ejercicio", pero nunca lo lograba. Pero es muy difícil poder comenzar porque por las mañanas el dolor en el cuerpo es horroroso. De verdad es como si un espíritu estuviera apoderándose de nuestro cuerpo. ¿Nunca les ha pasado que incluso ni las ganas de ir a hacer pipí nos pueden hacer levantar de la cama? Yo no sé qué es lo que le pasa al cuerpo a la hora de despertar, pero uno simplemente no tiene decisión sobre él. Yo por ejemplo, puedo estar dos horas retorciéndome de ganas de ir a hacer pipí, pero mis piernas no se mueven. Literal. No se mueven, no quieren, no cooperan, no se resignan.


Y estarás pensando ¿por qué no hace ejercicio en la tarde? Pues porque en la tarde es cuando el clima comienza a cambiar, comienza a bajar la temperatura y entonces vienen otro tipo de dolores y síntomas: fatiga extrema que hace que sólo quieras cerrar los ojos, dolores en articulaciones, dolores musculares y todo lo que se haya acumulado en el día. Además, si nosotros, personas con fibromialgia, hacemos ejercicio por la tarde/noche podemos alterar nuestro ciclo del sueño (de por sí ya lo tenemos desastroso).

Desde mi experiencia, hacer actividad física por la tarde provoca que mi cuerpo crea que a penas va a comenzar el día; entonces después de hacer ejercicio me pongo a hacer muchas actividades que generan que termine durmiéndome a las 2 de la mañana, ¿y sabes? eso es de lo peor que le podemos hacer a nuestro cuerpo (pronto escribiré sobre cosas que hay que evitar cuando tenemos fibromialgia).

Es por esto que la mejor opción para nosotr@s es hacer ejercicio en la mañana.


¿Cómo lo logré?

Te voy a compartir algunos tips de lo que hice durante un mes para poco a poco poder tener la CAPACIDAD de moverme por las mañanas y poco a poco agarrar ritmo.

1. COMIENZA A MOVERTE

Por más tonto que suene, lo que más me funcionó para poder comenzar a hacer ejercicio fue moverme en la cama. Sí, aún acostada y en pijama.

Y no, no es el precalentamiento. Tan sólo esto fue lo que estuve haciendo por dos semanas. Fue mi única rutina y lo hacía en cuanto despertaba.

¿De qué se trata? De hacer puros estiramientos: estirar un poco los brazos, las piernas, la espalda, el cuello.

Decidí que esta era una muy buena forma de comenzar, porque creo que si de un día para el otro hacía ejercicio (ya en forma), seguramente mi cuerpo me iba a hacer protesta y tendría crisis de fibromialgia. Por eso, tuve la idea de comenzar de poco a poquito, con calma, sin prisa. Por algo se empieza :)


Aquí te comparto algunas rutinas de estiramientos que realmente me gustaron y que no son nada difíciles.


2. LEVÁNTATE DE LA CAMA

Después de que ya llevas algunos días logrando hacer estiramientos en la cama, ahora podrás levantarte y hacer ejercicios sentad@ o en piso (con la ayuda de un mat de yoga). Según mi experiencia, aún logrando levantarte de la cama, aún no estás list@ para ya hacer una rutina de ejercicio. Aún hay que hacer estiramientos pero ya dejando la cama atrás.

A mí me costó varios días poder hacer este cambio, así que no te presiones y ve a tu propio ritmo, de todas maneras es un gran avance el ya poder estirar los músculos.

Tanto los ejercicios en cama como los de piso, ayudan mucho a personas con fibromialgia porque ayudan a cargar energía, a que el cuerpo no esté tan contracturado y ayudan a la relajación.

Aquí dejo uno de mis favoritos. Muy sencillo y rápido de hacer.


3. COME E HIDRÁTATE

Lo sé, este es el típico consejo que todo el mundo da. Pero la verdad, si aún tienes mucha fatiga por la mañana y no consigues poder moverte ni salir de la cama, te recomiendo que tomes un vaso con agua y comas algo que pueda brindarte energía. Porque de nada sirve que te forces a hacer ejercicio si aún no tienes nada de energía.

A veces, para mí, no es necesario comer nada antes de hacer ejercicio, porque como ya llevo una semana haciendo la rutina que quería hacer, mi cuerpo ya solito despierta con energía (¡por fin lo logré!).

Los primeros días, para poder tener un poquito de energía, me funcionaba comer frutos secos, alguna fruta, un chocolate, un puño de semillas o un plátano. Eso, en lo personal, me ayudaba mí. Tú también puedes encontrar aquellos alimentos que te ayuden a tener un poco de energía para mover el cuerpo.

Claro, también está la opción de primero desayunar, y una hora después, hacer ejercicio.

La verdad es que lo que te funcione, está más que perfecto.


4. COMPRA ALGO NUEVO

Así tal cual: cómprate algo nuevo para hacer ejercicio. Yo sé que suena como uno de los consejos más tontos ever, pero de verdad funciona.

Justo hace unas semanas fui a MINISO y me encontré con un mat de yoga que había querido comprar desde hace tiempo. Y claramente me lo compré.

¿Y saben? eso me hizo sentir como un "extra compromiso" para de verdad ya decidirme a hacer ejercicio. Yo pensaba "Ahora sí ya TENGO que hacer ejercicio porque ya hasta gasté dinero y hay que aprovechar lo que compré".

Real. Eso pensé.

Creo que la compra me forzó a tomar la decisión. De alguna manera ya me sentía obligada a hacerlo porque ya sentía que ya había hecho una inversión para hacer ejercicio y no quería desaprovecharla.

Y bueno, también se siente cool estrenar cosas nuevas. ¿A poco no?

Entonces te recomiendo que vayas a una tienda de cosas deportivas y compra unos nuevos tenis, o unos nuevos leggings, o una pelota de pilates, o unas mancuernas, o lo que sea. Te juro que comenzarás a hacer ejercicio.

De verdad me motivó estrenar mi nuevo mat de yoga

5. EMPIEZA

Literal. Lo que sea que habías querido hacer desde hace mucho tiempo, ya hazlo. Para este punto ya debiste de haber llevado algunos días estirando el cuerpo en la cama, otros días haciendo algunos ejercicio sentado en el sillón y ya debiste de haber comprado algo nuevo para estrenar.

¿Qué tipo de ejercicio hacer?

El que quieras y el que puedas. De verdad. Sólo debe de cumplir con esos dos requisitos.

Yo no soy de la idea de que las personas con enfermedades crónicas sólo podemos hacer ejercicios de bajo impacto o que sólo debemos hacer yoga. Para nada. Como lo he dicho en otros posts, la enfermedad se tiene que adaptar a nosotr@s y no al revés. Si te encanta hacer bici, si amas las clases de Zumba, si quisieras correr un maratón, etc., hazlo. Todo a tu tiempo, a tu ritmo y sin prisa. No hay que limitarnos.

Eso sí, al principio ve midiendo a tu cuerpo, ve cómo responde, ve cómo te sientes al día siguiente y ve de poco a poquito.

Sin darte cuenta, de repente vas a haber hecho ejercicio por una semana seguida. Y verás lo bien que se siente.


¿Por qué es importante hacer ejercicio?

Porque nos ayuda a tener energía y despedirnos de las horrorosas fatigas diarias (o por lo menos nos ayuda a que disminuyan). También ayuda a que los músculos no nos duelan tanto y a que no se contracturen con tanta frecuencia.

Ciertos ejercicios también nos ayudan a relajarnos y/o a poder sacar todo el estrés que llevamos dentro.

El ejercicio es algo COMPLEMENTARIO que ayuda a que la fibromialgia no joda tanto.


Y tú, ¿cuándo comienzas?


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