¿¡PASTILLAS DE VÍBORA DE CASCABEL!?

Fue en diciembre, a finales de año, cuando fui a una terapia alternativa para calmar mis molestias crónicas (todo el tiempo estoy probando cosas nuevas). Y en esa terapia, me acuerdo que el terapeuta me había recomendado tomar carne y grasa de víbora de cascabel.

Claramente, como cualquier ser humano normal, me dio asco el simple hecho de pensar en comerme una víbora (de cualquier especie). Es más, ni siquiera tenía idea de que se comerciaba con dicho producto.

Después de un rato de que el terapeuta me haya dado toda una clase sobre los beneficios de comer víbora de cascabel, yo en seguida le pregunté: "¿y cómo te la comes?" Porque de verdad mi cabeza comenzó a imaginarse diferentes formas (extrañas) de preparar víbora de cascabel: en hot dog, en vez de salchicha, se le pone la víbora; en tinga, en una de esas la víbora sabe a pollo y ya con eso se arman unos taquitos ricos; o en banana split, nada más se coloca la víbora en un plato grande y encima se le ponen todos los sabores de helado, caramelo, chocolate y cerezas.

Pero no. El señor me platicó que él compra la víbora en el mercado (seca aparentemente) y la muele en la licuadora hasta que se haga polvo. Después de eso, el polvo se lo pone a la sopa ya, con eso dice que sabe rico.

En fin, yo ni quise ponerle mucha atención porque tenía claro que yo no iba a tomar ese consejo. La verdad es que no planeaba cocinarme todos los días una víbora.

Pero bueno, justo coincidió que al día siguiente de mi terapia, me fui con mi familia a San Miguel de Allende. Mis papás se fueron de compras a un mercado orgánico y yo me quedé descansando en el departamento (la carretera últimamente me cansa muchísimo). Mi mamá me llamó para decirme que había encontrado una cajita de cápsulas de víbora de cascabel y que ya me la había comprado.

¿Cápsulas? Tal vez esa era la solución perfecta para no tenerme que comer la carne de víbora solita.

Como soy muy ñoña (o más bien hipocondriaca) en lo que llegaba mi mamá con mis pastillas me puse a buscar información sobre los beneficios de tomar cápsulas de víbora de cascabel.

Éstas son las cápsulas que yo probé

Entre lo que encontré puedo destacar que me sorprendió ver que hay muchas revistas y páginas especializadas que hablan sobre estudios y beneficios de las cápsulas de víbora de cascabel.

Encontré información donde se señala que el uso de este "tratamiento" data desde la época prehispánica y que desde ese entonces, muchos pueblos en México acostumbran consumir este reptil. En cuanto a su uso terapéutico, todas las fuentes coinciden en que la víbora de cascabel, tanto la carne, como la grasa, era prescrita principalmente para el tratamiento de enfermedades de las articulaciones y las extremidades.

Asimismo, todas las fuentes que leí destacan los múltiples beneficios de consumir víbora de cascabel (puede ser la carne, en polvo o en píldora):

- Contiene propiedades curativas  que evitan el cáncer

- Es utilizada para curar heridas que tienen bastante tiempo que no sanan

- Estimulante sexual

- Ayuda a disminuir las manchas de la piel, acné, alergias, anemia, anginas, asma, artritis, cálculos biliares, cálculos renales, cáncer, ciática, cirrosis, cistitis, colitis, conjuntivitis, diabetes, diarreas, enfermedades venéreas, enfermedades eruptivas, hemorroides, hinchazones, impotencia sexual, leucemia, lumbago, mal del pinto, mareos, mezquinos, piorrea, quebraduras, reumas, sarna, torceduras, tumores, úlceras, várices, entre otras más.

Pues sí. Después de leer tales "milagros" pues me dieron muchas ganas de comenzar a tomarme las famosas píldoras de víbora de cascabel.

Abrí la cajita (que no contiene absolutamente nada de información) y abrí la bolsita de plástico en la que vienen las cápsulas.

Gracias al cielo las pastillas no tenían ningún tipo de olor, porque si llegaban a oler feo, la verdad no me las hubiera tomado por asco. Pero bueno, no tenían olor y solamente se podía alcanzar a ver que dentro de la cápsula venía un polvito como del color de la arena. Me tomé la pastilla con un vasito de agua y listo.

Después de todo lo que había investigado, ya sabía de antemano que los resultados eran progresivos y no inmediatos. Es decir, que en ese momento no iban a desaparecer mis síntomas ni molestias.

Este tipo de "tratamientos" requieren de constancia y paciencia (que no tengo). Me tomé una píldora casi diario, porque tengo memoria de pez y había días en que se me olvidaba tomarla. Pero se podría decir que fui constante y por lo menos esta vez, porque no siempre pasa, me terminé este tratamiento.

RESULTADOS

Puedo decir que lo más destacable fueron las mejoras en mi piel. En el momento en que comencé a tomar las píldoras, fue una etapa en la que tenía dermatitis en la cara y mucha resequedad en la piel en general.

Al tomarme las píldoras, más o menos en una semana o poco más, comencé a notar que la dermatitis de la cara había mejorado mucho y ya no se me estaba cayendo la piel. También, pude notar que el resto de mi cuerpo ya no estaba reseco y ya me comenzaba a hacer mejor efecto la crema corporal que normalmente uso.

Ese fue el cambio que sí puedo afirmar que las píldoras provocaron, pues en el resto de los múltiples síntomas que me acompañan a diario no noté ningún tipo de diferencia. Por lo que he leído, cuando se está tomando un remedio de este tipo, hay que ser constantes por lo menos 3 meses seguidos para poder notar las diferencias que genera en nuestro cuerpo. Por ello, quiero pensar que de haberme tomado las píldoras por lo menos más meses, hubiera notado algún otro cambio.

Cuando regrese a San Miguel de Allende voy a comprarme dos cajitas, que me alcanzan justamente para 100 días y creo que con eso podré tener una mejor perspectiva sobre los beneficios de la víbora de cascabel.

Y claro, cuando sea el momento, les compartiré mi nueva reseña y opinión al respecto.

¿Ustedes se atreverían a probar las píldoras de víbora de cascabel? Déjenme saber en los comentarios.